Mientras conducía.

Nunca he sido buena conductora.

Mientras conduzco en la ciudad, pienso en todo lo que tengo que terminar, en cada uno de los encargos que mi jefe quiere que le entregue, en la ropa que debo mandar a la tintorería, en lo que hace falta del súper, en lo que voy a preparar para cenar, en lo que posiblemente haré el fin de semana, etc, etc, etc....

Pero anoche pasó algo… conmovedor.

Ya saben, saliendo a las nueve pm de la ofis (sí, a veces trabajo los domingos), o sea, la hora pico del tráfico nocturno dominical, con más tráfico de lo que normalmente hay, porque algunos vienen de vacaciones a visitar esta hermosa ciudad (jaaa), yo toda exhausta del día, hambrienta a más no poder, histérica por todo el esfuerzo mental que realicé durante la tarde…. Y nunca falta…. Noooo, claro que no, no puede faltar nunca………………..

Tomé un atajo que evitaba todo el centro.

Y todo iba bien hasta que………

Enfrente de mí había un sentra con placas del D.F.. A su lado había un pointer. Enfrente de ellos, el semáforo. Atrás de ellos, únicamente yo. El semáforo cambió a verde casi inmediatamente después de que nos detuvimos, y los carros no se movieron, ya sabrán, yo estuve a punto de tocar el claxon a todo lo que daba (como toda buena vieja histérica al volante), cuando ví que el conductor del sentra era un chavito de poco más de veinte años a ojo de buen cubero, y se bajó rápidamente mientras el conductor del pointer tmb bajaba rápidamente de su carro (otro niño de edad similar), y ví que los dos se abrazaron efusivamente y se murmuraron algo a sus oídos….. en eso ví que el pointer tenía placas de Chiapas. En seguida corrieron nuevamente a sus asientos, el pointer giró a la derecha y el sentra a la izquierda.

Mientras conduzco he visto muchas cosas.

Pero ayer fue la primera vez que observé una emoción, y formé parte de ella.

Y mientras yo coleccionaba esa foto mental instantánea, en mi radio sonaba “How to save a life”.

Y retomo el final de un post de cuyo contenido no quiero acordarme…..

“Oh sí, el destino suele enviarnos ese tipo de señales, y sólo uno decide, la importancia que debe darles.”