tiempos violentos

“La vida vive aún a costa de la vida misma”
Paul de Kruif.- Cazadores de Microbios.

Cuando estaba en bachillerato (1999), acudí a una conferencia de mi ciudad.
En ella, el ponente decía: “En la revista Time edición ¿? del año ¿? se le dio una cobertura especial a un caso que resumo: Una joven atractiva de poco menos de 20 años, siempre corría varios metros por las mañanas, siempre seguía la misma ruta y pasaba por un parque que no era muy frecuentado. Un enfermo mental la espiaba siempre y un día salió a su encuentro, forcejeó con ella, ella obviamente trató de defenderse, él con un arma punzo-cortante le cortó las manos para que ella no pudiera oponer resistencia, la violó una y otra vez, y cuando se hartó, la aventó entre los arbustos, dándola por muerta. Dos días después alguien que pasaba por ahí escuchó los quejidos de alguien, y encontraron a la joven moribunda, ultrajada y mutilada.”
Prosiguió el ponente: “No es un acto vil que únicamente realice un delincuente en Estados Unidos, casos como ese abundan en nuestro país, ahora bien, para ese tipo de personas, ¿cuál podría ser una pena ejemplar que el Estado pudiera imponerle?”
Su postura firme fue la de apoyar la pena capital como castigo ejemplar para determinado tipo de delitos.

Ahora bien, la pena capital actualmente se encuentra derogada de la Constitución Federal, anteriormente, hasta antes del año 2003 (durante la Presidencia de Fox, y acorralado únicamente por un renombrado caso de un hombre (disculpen no recuerdo el nombre) que no acogió los beneficios de ley y el indulto del Ejecutivo, por lo que jurídicamente estaba destinado a morir por la pena capital.), y hasta antes de ese año, el artículo 22 Constitucional establecía:
“Queda también prohibida la pena de muerte por delitos políticos, y en cuanto a los demás, solo podrá imponerse al traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía premeditación o ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar.”
El cual se complementaba con el 14 Constitucional que establecía:
"A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad, o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho".
Ambos preceptos reformados actualmente, aboliendo la pena de muerte, haciendo alusión en la exposición de motivos de la siguiente manera:
“ ….. A la indignación social que se produce por un crimen, no hay justificación racional para responder con la misma proporción y crueldad, por parte del Estado, dado que los instrumentos de unos y de otros no son los mismos.
La pena de muerte atenta contra la dignidad humana, de quien la recibe y de quienes la ejecutan o permiten.
En la actualidad la legislación internacional está abocada a exigir su desaparición. Incluso el propio Estatuto de la Corte Penal Internacional adoptado en 1998 excluye la pena de muerte como castigo para los que son indudablemente los delitos más graves: el genocidio, crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra; y esto significa que si la pena de muerte no debe usarse para los delitos más graves posibles, menos aún para los que son más leves. En otras palabras, no debe usarse nunca……..”.
(Y de la Corte Internacional paso por alto el Homicidio, no ejecución que implica cierto orden, sino el Homicidio contra Sadam Hussein).
Ahora bien, nos encontramos en una etapa de tiempos violentos, quien diga lo contrario, vive en un mundo burbuja que tarde o temprano será hecho añicos por la misma delincuencia.
Nunca me he considerado neutral, siempre he tomado postura en todo lo que llega a mi vida y dentro de lo cual considero pertinente opinar. Pero siempre hay una excepción a la regla. No sabría si estar de acuerdo con que el castigo ideal para determinados delincuentes es o no la pena de muerte.
Platón justificó la pena de muerte como medio político para eliminar de la sociedad a un elemento nocivo y pernicioso, y sostiene que: "En cuanto aquellos cuyo cuerpo esta mal constituido, se les dejará morir y se castigará con la muerte, a aquellos otros cuya alma sea naturalmente mala e incorregible. Es lo mejor que puede hacerse por ellos y por el Estado.”
Santo Tomás de Aquino, en su máxima obra " La Summa teológica", sostiene que "……. De la misma manera que es conveniente y lícito amputar un miembro putrefacto para salvar la salud del resto del cuerpo, de la misma manera lo es también eliminar al criminal pervertido mediante la pena de muerte para salvar al resto de la sociedad".

Me pongo a pensar, y si la chica que hubiera estado corriendo ese día en el parque hubiera sido mi madre, hermana, o mi hermano, o alguien amado, sin duda alguna, desearía que mataran a ese cabrón.
Me pongo a pensar nuevamente, y si ese cabrón fuera alguien igualmente amado, desearía que tuviera otra oportunidad.

Posteriormente, en Universidad (2002) asistí a una conferencia del Procurador de Derechos Humanos en mi Estado, donde él sancionaba el desprecio social hacia las personas que habían purgado su pena en prisión, salían de ella totalmente readaptados a la sociedad y no encontraban trabajo por ningún lado, y que eso violaba terminantemente sus derechos humanos.
Al final en la sesión de preguntas, levanté mi mano y le dije:
“2 preguntas, 1.- Si dice que las personas que han cumplido su pena privativa de libertad, han recibido una “educación” para readaptarse a la sociedad, ¿por qué hay personas que hacen del delito su modus-vivendi? ¿por qué se vuelven reincidentes?, y 2.- Quisiera saber cuántos exdelincuentes ya readaptados socialmente laboran en la dependencia que está a su cargo.”.
Obviamente me echó un sermón de mi primer pregunta, y me respondió: Ninguno, a la siguiente.

Así que actualmente, le doy vueltas y más vueltas a mi cabeza, pensando cuál sería ese castigo ejemplar que pueda devolver el orden y su consecuente seguridad a la sociedad humana.
Y es aquí donde lamento que "el hombre murciélago" sea solamente un personaje de ciencia ficción.