Debilidades femeninas.

Tengo que admitir que como mujer, tengo mis debilidades…
En primer lugar se encuentran todos los accesorios, principalmente el calzado “nine west” (fina y jodida la niña), pero ese es tema de otro post.
Hoy hablaré de mi segunda y no menos económica debilidad.

Ayer fui a la plaza de Irapuato, Gto., para comprar unos encargos de mi progenitor, hice mi acostumbrada parada en la vitrina de swarovski, y un chico muy bien parecido me preguntó si me parecía buena idea regalarle a “esa chica especial” un anillo que yo también estaba viendo, sonreí y le dije que era la mejor opción que podía elegir…. (diantres!! Por qué de esos no me tocan a mí!!!!), me despedí con un “Suerte” (que claro que no iba a necesitar con tremendo detalle), ví su perfecta sonrisa blanca y seguí por el pasillo, cuando de repente pasé por la sección de “vinos y licores” de la tienda departamental, y La ví frente a mis ojos…..

Y tuve mi flash back.
Hace aproximadamente un año, un sábado por la noche, varios primos y una futura prima nos dirigimos hacia un conocido bar de esta ciudad, ya íbamos medio calibrados, pero la noche era joven todavía. A la una de la mañana pedimos la cuenta de las sheves que habíamos ingerido, y estábamos esperando el cambio, cuando un hombre notablemente ebrio (pero cero malacopa) me abrazó, me saludó de beso en la mejilla y me dijo: “jessss qué onda, cómo estás?”, inmediatamente reconocí a ese chico que es uno de nuestros mejores clientes, entre saludos y presentaciones, de repente llegó una botella Möet & Chandon a la mesa, y mientras nosotros volteábamos a vernos como diciendo: “este we se equivocó de mesa, ni agarren la copa para que no nos cobren esa botella”, nos decía el recién llegado “comensal”: “Espero no se ofendan por haberme tomado la libertad de invitarles esta botella y brindar por los futuros esposos”…. Inmediatamente llamamos a nuestras casas para avisar que llegaríamos un poco más tarde …. Cuando se acabó la botella, llegaron más sheves y una botella de whisky a la mesa, y yo no podría creer tanta bondad…. Obviamente no me le despegué a nuestro generoso invitador porque no creo que mi tarjeta hubiera librado esa cantidad.. =P

Y ayer que ví esa botella de champagne enfrente de mí, recordé su exquisito sabor, me acerqué a la señorita para preguntar su precio, y después de hacer diez mil operaciones mentales (de esas que las mujeres ni sabemos hacer de ingresos y egresos), opté por no comprar absolutamente nada en tres semanas, y sacar dinero plástico… al fin y al cabo que como dice el Recodo, Mi gusto es..!!!

Ahora nada más tengo una duda en mi cerebro: ¿Qué diantres voy a festejar con ese “vino blanco espumoso”??!!!!
Se aceptan recomendaciones.
Lindo inicio de semana!!!