jess ne blu

La del ocaso era, cuando tomé la autopista Guanajuato-Silao, me encanta ver el contraste de dichos colores mientras voy pisando el acelerador, suelo ver de reojo las parvadas eligiendo un lugar para pasar la noche, me hipnotiza todo ese contraste natural, que nunca tomo conciencia a qué hora se ha ido el último rayo de sol, y a qué hora el graznido de las aves se ha esfumado y quedo en silencio esquivando el tráfico pesado y pisando más adentro el acelerador para llegar a mi casa.
Abrí la guantera y saqué un cd cualquiera, soy tan desordenada que todos están en estuches ajenos, lo coloqué en el láser integrado al vehículo e inmediatamente le dí a la función RDM... y justo cuando las estrellas cubrían el manto estelar con todo su esplendor que sólo es posible ver a distancia en la carretera, sonó esa canción... “Ti amo” de Umberto Tozzi...

A ciencia cierta, no sé en qué momento llegué a Silao, posteriormente a Irapuato para finalmente ver acercarse a la inmensa nube de humo que cubre mi hermosa ciudad de residencia, allí donde la vida no vale nada porque ahí hiere el recuerdo...

- hey jess, hay vacantes para el puesto de juez de registro civil en mi delegación, yo te puedo echar la mano, qué onda, qué dices.
- la verdad, te agradezco pero me gusta mucho mi trabajo de aquí.
- Podrías ganar el doble de lo que ganas aquí, y a veces hasta el triple por las propinas generosas, y obviamente vivir con las ventajas de la ciudad capital.
- Sabes primo? todos tenemos ambiciones, para aceptar un trabajo en el df, tendría no sólo que convenirme económicamente, sino profesionalmente.
- Si te decides, me llamas.
- =) me pasas la de etiqueta negra por favor?

Hoy domingo 11 de Mayo de 2008, siendo las 7:58 pm, estoy en mi oficina terminando papeleos para mañana, veo de reojo el sillón azul que algún día estrenaré ;), voy hacia el frigo y creo que es hora de abrir esa botella de vino tinto.
Abriré la puerta, saldré al balcón azul que pintó para mí el arquitecto que se encargó de la remodelación de la oficina hace un año, veré la plazoleta Hidalgo que fué el mercado principal de la antigua Xidoo hace 60 años, cuando todavía no existía este edificio, de donde brotaba la única toma de agua caliente y por unos centavos, los niños corriendo la llevaban en cubetas a la puerta de tu casa, cuando no había calles pavimentadas, y cuyos habitantes vivían de la agricultura y no se imaginaban que un día se mudarían a esta ciudad, decenas de tampiqueños.... y su venida traería consigo, un mounstruo de fierro de enormes dimensiones que destilaría el oro negro... matando toda rastro de vida del Río Lerma.



Si me asomo un poco más, puedo ver mi automóvil estacionado.
Es color azul.
Y en su interior, sigue sonando Umberto Tozzi.

Voy por esa copa de vino tinto.