The last unicorn.

Cuando niña era, hubo un evento que marcó para siempre a la mujer que soy.

Mi padre grabó en una videocasetera beta una película animada que pasaron en la televisión.
Ese cartucho rectangular negro trajo múltiples alegrías y descubrimientos a mi vida.

Aunque era una película de dibujos animados, sigue siendo al día de hoy mi película favorita, la que vi una y otra vez de niña…. La que busqué durante años en mi edad adulta…. La que descargué en youtube en su idioma original.

Y por alguna extraña razón… por fin, por fin la encontré en DVD!!!
Después de años eternos de búsqueda…. Después de que juraba que permanecería poco menos que en el olvido… llega a mi vida, y aunque esté subtitulada y la voz de Mia Farrow sea tan dulce…. En mi mente resuena aquel excelente doblaje, de diálogos que memoricé cuando niña fui.

La trama de dicho cortometraje es la deliciosa historia de un ser mágico que se da a la tarea de buscar a los demás unicornios en el mundo.
En el inter, se encuentra con magos, bandoleros, fugitivos, carnavales de media noche, reyes malvados, príncipes sin sangre azul, criaturas míticas, hombres comunes y corrientes… con un mundo que sólo ve una yegua blanca porque ha perdido la capacidad de creer en la magia.

Para salvarse de ser atrapada con todos los demás unicornios, un hechizo la convierte en humana.
Y mientras transcurre el tiempo, la humana se va consolidando y el unicornio va desapareciendo.
Se enamora de un hombre y está decidida a abortar su misión original de salvar a los demás para tener un final feliz… Pero el hombre que la ama se da cuenta de que ahí donde la magia termina, surgen los héroes… y simplemente, “No hay finales felices, porque nada termina.”.

Si alguno está interesado en el trailer, éste es el link.
Y está de venta en Mix-Up.

De dicha película dos escenas marcaron profundamente mi existir.

Principalmente, cuando Molly Grue (una cocinera fugitiva) cae llorando a los pies del unicornio y entre sollozos desgarradores le reclama que haya hecho acto de aparición ahora que era vieja y fea, y no aquella doncella hermosa, inocente y pura que tiene la capacidad única en el mundo de reconocer a los unicornios.

La segunda, cuando el malvado rey Haggard en su castillo a orillas del mar se confiesa con el unicornio convertido en mujer, y le hace saber que lo único que lo hace realmente feliz es ver a los unicornios, saberse dueño de todos ellos.

Oh sí, vi tantas veces esa cinta, que terminé por creer que los unicornios existían… y no sólo, sino que yo era un unicornio convertido en mujer.

Entendí desde niña que el amor no es un final feliz, no.
El amor es un móvil para no olvidar cuál es la finalidad de la existencia.
Una esencia inmortal atrapada en lo finito de la materia.

Mi padre supo fomentar magia a mi alrededor, para que así el día en que el mundo hubiere perdido su capacidad de creer en lo inmortal, esta mujer que se cree unicornio, no olvidara que allí donde termina la magia, nacen los héroes… o heroínas.

Así, si un día el orden cósmico lo permite, crearé un círculo de magia a tu alrededor, crecerás creyendo en hechizos, unicornios y seres míticos, y el día que tú tengas que enfrentarte al mundo, no necesitarás de mí, porque tendrás tu propia magia y encontrarás tu propio destino.

Sólo por favor, no llegues cuando yo sea vieja e impura, no llegues cuando no tenga nada para ofrecerte… no llegues cuando la humana se haya consolidado y el unicornio, desaparecido.