Corrí lo más que pude.
Detrás de mí iba el amor de mis amores.
En algún punto del camino, desaceleré y él me aventajó dos metros.
No podía dejar de observar el Cielo y el helicóptero que no dejaba de planear en el aire.
Miré mi reloj y faltaban cinco minutos para la hora acordada.
Ví delante de mí un camión que decía “Europamundo”.
Fmi a mi lado se encontraba ya estático y recuperándose de la carrera.
Mi instinto de “no se vayan si míiiiiiii”, hizo que subiera en chinguiza al camión, buscara mi asiento y me sentara.
Uff, a tiempo!
En eso, siento mil y un miradas a mi alrededor, la gente hablando con un idioma extraño, los rasgos faciales no eran latinos y yo comencé a sentirme helada.
Ví que todo mi grupo estaba abajo y yo me había subido a un camión equivocado.
Como pude me levanté cual resorte y recé para que nadie me hubiera visto descender idiotamente.
Delante de mí, un hombre de aproximadamente 1.85 mts. de estatura, increíblemente blanco, con ojos hermosos y verdes esmeralda, pelo blanco cual nieve de los Alpes, y de aproximadamente 75 años de edad, reía de mí al unísono que me decía: “Vasshhha que querías irte tú ya para Russssia!!!”.
Su risa, tan cristalina y sincera, tan autónoma, aún la llevo grabada en mis oídos.
Aún a pesar de haber ido en el mismo camión durante cuatro días, apenas esa tarde me percaté de él y posteriormente, de ella.
Su aura era tan pura que era imposible no devolverle una sonrisa al tiempo que Fmi me veía negando la cabeza y decía: “Ayyyy no puede ser esto jess…. Pareces bajada del cerro!!”.
Volví a verlo a él.
Es increíble, increíble la manera en que un hombre de 75 años puede llegar a ser atractivo.
Si a los 75 denota sus rasgos faciales estéticos, su porte y encantador garbo al conducirse, su manera tan educada de comportarse y el buen gusto y elegancia al andar, no me imagino realmente hace 40 años la clase de bizcocho que fue!!!!!
Morí de ganas el resto del viaje de preguntarle si no llevaba consigo una foto de su juventud, pero no me atreví.
Me despedí de Alemania esa tarde para llegar a mi más preciada idea, al móvil principal de mi estancia temporal en el primer mundo: Praga.
Y ahí en Praga, mientras el Astro Rey poco a poco cedía ante Morfeo, me acerqué a ese matrimonio que había captado toda mi atención y les pregunté: “Linda ¿no?”, ella, un poco más baja que él, pero alta de igual manera, con su rostro blanco cubierto de pecas, su pelo impecablemente teñido de dorado y su mirada cubierta igualmente de color verde, respondió con una sonrisa y un acento muy particular: “Pero claro que es linda!, son de México ustedes?”, y Fmi respondió: “Sssssí!!! Ustedes son de Argentina?”, y él, con un guiño muy particular dijo: “No, no, no, somos uruguashhhhos”, a lo que yo asentí y dije: “Ahhhh pero está pegadititito de Argentina”, huuuuy no!!! No debí haberlo dicho nunca, porque él me dijo: “Sí, somos vecinos, pero no somos lo mismo eh?”, y los cuatro sonreímos al unísono.
(PAUSA: AGGGGGG!!! Es tan pero tan sensual y melódico cómo suena el idioma así!!!! snif.... "Y vos crees que los argentinos somos guapos, ah?...." PRRRTTTTT Ya, ya, ya, ya!!!)
“Me shhhamo Alejandro, y eshhhha es mi esposa, Diana”.
Él volteó a verla, y estoy segura que la miró como la primera vez que la vió obnubilado por su belleza.
Nunca había conocido gente de Uruguay.
Y he de decir que si yo creía que los argentinos eran encantadores, los uruguayos terminaron por robar mi corazón.
Yo, que crecí influenciada con Walt Disney, y que maduré influenciada por Carrie Bradshaw, sentí algo que nunca antes había sentido al verlos a ambos.
“Oye Alejandro, terminaron cansados anoche?”.- decía alguien a la mañana siguiente.
“Huuuuy he dejado exhausta a Diana.”.- decía él entre risas.
“Alejandro!! no digas eso que me sonrojas.”.- decía ella mientras reía, con esa risa femenina tan característica de nosotras cuando estamos orgullosas de lo que tenemos a un lado.
Una noche en Venecia, ya al ocaso de nuestro viaje, Fmi y yo fuimos a cenar a un ristorante que estaba situado al lado de nuestro hotel y nos tocó sentarnos a un lado de ellos.
He de decir que fue una experiencia realmente productiva.
Como decía Adso de Melk: “…es propio de los jóvenes sentirse atraídos por un hombre más anciano…”; porque si bien es cierto que si las canas fueran sinónimos de sabiduría, una cabra de monte sería una erudita, es indudable que la experiencia, cultura y conocimiento de una persona, son de esos deliciosos atributos que no se pueden ocultar aún queriéndolo, sino que afloran a contra luz y se exudan al andar.
“Tenemos cuatro hijos, dos hijas y dos hijos, una de eshhhhhas acaba de ser madre por segunda vez, vive en Inglaterra y al terminar el tour, iremos al nacimiento de nuestro nieto o nieta”.- decía Diana mientras Fmi y yo veíamos la bonita, bonita pareja que hacían ambos.
“Shhho una vez fui a México, por motivos laborales, conocí el Distrito Federal y Cuernavaca, recuerdo que Cuernavaca tenía equipo de soccer en primera división, mis amigos y yo fuimos juntos a ver un partido…”.- dijo Alejandro recordando sus viejas andanzas.
“También cuéntales que me dejaste sola con tus hijos cuando te fuiste de parrandero a su país.”.- dijo Diana en tono de un reproche antiguo que se ha perdonado y que actualmente es motivo de burla.
“¿Cómo hicieron para seguir juntos todo el tiempo en este mundo donde lo efímero es lo que está de moda?”.
“Alejandro –dijo Diana con profundo amor- es el hombre de mi vida, lo amo y lo respeto profundamente, desde la primera vez que lo vi supe que era un hombre maravishoso, y sho puedo decirte que no ha sido fácil, pero cuando encuentras a la persona correcta para ti, simplemente, shegas a un punto donde todo el esfuerzo y el sacrificio ha valido la pena.”
No sé en qué momento dejó de ser una respuesta para nosotros y se convirtió en una renovación de votos matrimoniales, sin importar que no hubiera una fecha especial de por medio, ni que estuvieran vestidos de gala, o hubiera una imagen divina ante la cual confesar su amor.
Esa noche Walt Disney y Carrie Bradshaw fueron desplazados totalmente en mi idea del amor.
Y por alguna extraña razón,
Ninguna pizza ha sabido tan deliciosa en toda mi vida.
6 comentarios:
En algun momento me dijeron eso, y a pesar de no creerme merecedor de tan lindo concepto, yo tambien puedo decir que tengo a mi lado a la mujer de mi vida.
Con sus altas y sus bajas, pero para esta y algunas vidas posteriores.
Saludos
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1.- es cierto, es Argentina la que está al lado de Uruguay, jaja
2.- no sabía que las cabras tuvieran canas
3.- te tocó conocer a una pareja de uruguayos encantadores, igual y te hubiera tocado conocer una pareja de argentinos pedantes, y hubieras pensado: todos los ches son así. es difícil generalizar
4.- en lo que casi todos coincidimos, es que la mayoría de los políticos solo buscan su beneficio y el país les importa un pito
5,. yo tengo la idea de que todas las ucranianas, rumanas y rusas son mujeres guapísimas. igual y debe haber unas que asústame ¿no crees? jaja
Pablo, cuídala mucho, y si quieres un consejo nunca dejes de decirle lo importante que es para ti. :)
... en esta vida y en las posteriores.
... qué bonito comen.
:)
Un abrazo!!
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Pez,
1.- jajajaja ps sí!!! vas a Bs As y agarras un barquito que cruza el río de la Plata y te lleva a Montevideo, ehhhh? qué tal!! ya lo tengo todo fríamente calculado. ;)
2.- jajaja no has visto las barbas todas blancas de las cabras de monte?!?!?! .... pfff... capitalinos! :P
3.- Tmb iba un matrimonio argentino, lindo de igual manera, pero no tan encantador. ;)
... y mira que de Argentina yo no tengo queja alguna... al contrario!
4.- jejeje no entendí esa parte.... reeleré mi post xD
5.- .... Ninguna mujer es fea. ;)
Y tendría que ir a la antigua URSS para responderte. jajaja! xD
Besos virtuales!
Muuuuuuaaaaccccckkkkkk!!!
assssh los Alejandros
.... Se pasan de encantadores, verdad?
;)
Saludos!
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