viernes, 28 de octubre de 2011

Con V de Vuelta.

En corto, regreso.

Ahora mi sis, Carliux y yo, nos vamos de reventón al extranjero.
Yeah!!!!

Adivina, adivinanza!!!!


Triple F: Fashion, Fun & Food.

Cuarta F: Fiance.

Quinta y Sexta F's: ;)

lunes, 17 de octubre de 2011

Después.

"..... el inmemorable sentimiento de culpabilidad de los privilegiados."
Los Testamentos Traicionados by Milan Kundera.

"Des-pu-és".
No, ¿Era así? O, ¿Cómo era?, ¿Cómo se separan correctamente las sílabas de dicha palabra?.

Estoy sentada en la primer banca de la cochera del Colegio, esperando que lleguen por mí para ir a casa.
Pero en lo que llegan por mí, y debido a mi serio problema de seguridad y su consecuente dificultad para sociabilizar, saco de mi mochila mi tarea y estudio mi lista de palabras una y otra vez para el examen semanal de cada viernes.

Las niñas sentadas a mi lado, hablan entre sí de que saldrán a dar la vuelta en la tarde.

La maestra dice que debido a mis buenas calificaciones, el lunes entrante estaré en la escolta.
Para poder ser abanderada necesito guantes blancos.
Y no sé si los del año pasado me sigan quedando.

Saco de mi mochila una carta firmada por la Madre Directora donde le recuerda a mis papás que debo una mensualidad atrasada, y que si no me pongo al corriente, no podré presentar exámenes mensuales.

Yo sigo viendo mi lista de palabras.

De la calle, entra una señora.
Es de tez blanca ella.
Trae gafas oscuras.
Tiene el pelo rubio, lacio y muy largo.
Va vestida toda de negro y usa un cinturón rojo.
Veo sus pies y está usando unos tacones enormes.
No es delgada, sino de complexión gruesa.
Pero su ropa disimula muy bien su sobrepeso.
No es bonita, pero tiene algo que llama mi atención.

Platica algo con la Madre Directora, la Madre le dice que enseguida vuelve, la señora se sienta a mi lado mientras me mira con cierta curiosidad.

Yo me pongo nerviosa y vuelvo a leer mis palabras.

- Eres tan bonita......- dice ella mirando hacia enfrente.
Por un momento pienso que me lo dice a mí, pero ella sigue sin voltear hacia mí.

Ella trae un folder entre sus manos, lo abre, lo revisa, lo lee, se quita los lentes y su mirada se torna triste.

Vuelve su mirada hacia mí, mira mis anteojos y sonríe.

- Por Deus, qué horrible armazón!!! Luces peor que Harry Potter.- dice ella mientras intenta sonreír.

Mis manos sudan y no sé qué decirle.

No sé quién sea Harry Potter.
Y mis lentes están feos, algunas niñas me dicen "cuatro ojos", pero es la única manera de ver bien el pizarrón.

Ella no me quita la vista de encima y yo comienzo a sentir miedo, le ruego a Dios que mi mamá llegue por mí y el temblor de mis manos es visible ya.

Ella abre su bolsa, saca una cartera de ésas que usan las señoras pipirisnais, abre su cartera, ve una foto de una niña y me la enseña.

- Mira....- La extraña señora no me quita la vista de encima, voltea a ver mis zapatos y se percata de que las calcetas que traigo no hacen juego.

Yo no puedo mirar la foto que me enseña, porque mi atención es robada por todas las tarjetas que trae en las diversas pestañas.

Siempre he soñado con tener una tarjeta.
Sólo quisiera crecer para tener una.

La señora parece complacida de que yo no haya visto bien la fotografía, pareciera como si realmente quisiera que viera las tarjetas que posee.

- ¿Te gustan los helados de la nevería de enfrente?.- me dice ella señalando el local de las nieves Bing.

Yo sigo sin decir una sola palabra, y sólo asiento con mi cabeza mientras ahora soy yo quien la observa con curiosidad.

- ¿Cuál sabor me recomiendas? - dijo ella con un tono como si ya me conociera.

- Pistache.- dije yo inmediatamente.

Ella sonrió, dejó sus papeles a un lado, cruzó su pierna, y secó una lágrima que resbalaba por su mejilla.

- ¿Quieres uno? - Me volvió a preguntar.

- Mi papá no me deja irme con extraños.- dije yo viendo nuevamente hacia el suelo.

Ella sonrió como si supiera a la perfección que nada del mundo me haría moverme de ese lugar.

- Haces bien en obedecer a tu papá.- Dijo ella.

La Madre Directora salió de las instalaciones principales y se dirigió hacia nosotras, la señora sentada a mi lado se paró, tomó sus papeles, dirigió su mirada hacia mi mochila visiblemente maltratada, volvió a colocar sus gafas en sus ojos, y me dijo: "No siempre será así. Estudia mucho pequeña. Sé que no me harás caso, pero.... procura hacer ejercicio, no comas pan en la adolescencia, el helado de pistache es bueno los domingos, pero no diario. No idealices una tarjeta de crédito, es el demonio vuelto persona, peor que la coca cola. Tómate una foto en cuanto llegues a tu casa y llévala siempre contigo, te ayudará a recordar de dónde vienes y hacia dónde quieres dirigirte. La mejor inversión que puedes hacer es viajar, viaja todo lo que puedas. No temas al fracaso, tus papás no te castigarán por fallar....", y mientras decía esto último abrazó su carpeta fuertemente.

La Madre Directora le entregó algo, ella sonrió y se dio la vuelta.
Antes de cruzar la calle, llegó corriendo nuevamente hacia mí:
"Es des-pués. Recuérdalo bien, des-pués."

Sentí pánico al escuchar esto último, ella lo comprendió, ví que hizo una mueca de sonrisa, y se fue corriendo de ahí.

La ví atravesar la calle y subirse a un automóvil azul de dos puertas.
Es el auto más bonito que he visto en toda mi vida.

Volteé a ver la nevería.

Falta poco para finalizar el año.
Falta poco para probar mi helado de pistache.

- jessie? vámonos ya! Cuéntame, qué tal te fue en la escuela el día de Hoy!-

jueves, 6 de octubre de 2011

Antes del Anochecer.

Cuando era pequeña alucinaba el hecho de que mi mamufa nos llevara a casa de mi tío Chava.

Él era el tío soltero que todos los sobrinos alucinábamos.

Siempre andaba de parranda, compraba automóviles padrísimos, siempre olía a fragancia machina, y a falta de hijos, nos consentía a los sobrinos, nos llevaba a dar el rol por la Ciudad, al cine de ciudades vecinas y nos llevaba a comer pizza.

Las cenas navideñas y de fin de año siempre eran en su casa.

Su casa, era para mí el claro ejemplo de un departamento de lujo.

Y yo decía que era de lujo porque aunque no tuviera todas las cosas mamoncitas de las casas pipirisnais, pero tenía una pantalla enooooorme en el cuarto de él, y los dos cuartos de su casa, estaban alfombrados, para mí, la alfombra era sinónimo de elegancia y distinción; y no importaba que no hubiera camas en los cuartos, dormir en la alfombra de la casa de mi tío Chava siempre era un acontecimiento que sólo se podía vivir la Noche Buena o el último día del año, o cuando papufo estaba de viaje.

La casa de mi tío Chava también tenía una barra en la cocina, nunca me fijé en la ausencia de un comedor, la barra por sí, era un elemento que no había visto yo en ningún programa televisivo.

Pero, la mejor parte de la casa de mi tío Chava, era su enorme ventanal.

Como estaba construído en la parte superior de un pequeño departamento propiedad de su hermana mayor, desde el ventanal podías ver la calle, e inclusive las calles de los alrededores…… Mi amigo del alma, otrora amor platónico, nunca sabrá cuántas tardes estuve detrás de ese ventanal viéndolo jugar fútbol.

También se podía apreciar la Catalítica (Planta de Refinación de PEMEX) con su llama encendida todos los días, a todas horas.

Y lo mejor de todo…… era el momento entre atardecer y el anochecer.

Sólo Deus sabe cuántos días y cuántas horas, permanecí parada observando la manera en que las parvadas de pájaros volaban buscando el árbol donde dormirían esa noche.

Trataba de imaginarme cómo los pájaros elegían al líder de la parvada, cómo hacían para entenderse y no pelear por tener ese lugar.

¿Cómo sabían que lugar les correspondía en esa V acostada que formaban al volar?

Volaban de un lado a otro, todos en perfecta armonía, hacían esos ruidos tiernos que hacen cuando por fin se colocan en las ramas de los árboles, para luego esponjarse y guardar su cabecita dentro de sus alas.

Eran pocos los minutos que duraba esa increíble escena.

Y era un obsequio de la Madre Naturaleza que se podía apreciar una vez al día, detrás del ventanal de mi tío Chava, .... antes del Anochecer.