miércoles, 30 de junio de 2010

¡¡Al ritmo de Marimba!!

Yo juraba y perjuraba que el origen de la marimba era chiapaneco, y pues resulta que según wikipedia, hay un desconocimiento si su origen se le atribuye al continente africano, a Indonesia o al Amazonas, entonces, si no hay prueba fidedigna de dicho dato histórico, yo digo que la marimba es originaria de Chiapas, México.

Y he de decir, que salvo su opinión, no conozco a alguna persona que no se enamore perdidamente del sonido de la marimba. Es muy alegre. Sobre todo, cuando hay días en los que parece que la alegría no quisiera hacer parada en nuestras vidas.

De vez en vez, un grupo de hombres que tocan la marimba se colocan enfrente de mi balcón laboral, y comienzan a tocar mientras esperan una moneda de los transeúntes.

El resultado es de vez en vez, tengo un ambiente folklórico mientras trabajo, y escuchar a los músicos de abajo, me alegra el día.

Y mientras comienzo a redactar proyectos de escritura, mi mente juega a reconocer la canción tocada.

Así, sonrío frente al monitor mientras mentalmente canto: “Marieta, no seas coqueta porque los hombres son muy malos, prometen muchos regalos y lo que dan son puros palos… y si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra, si por tierra en un tren militar….”, y recuerdo ese festival de primavera en cuarto de primaria donde cuarenta niñas vestidas con el uniforme de gala, cantábamos dicha rola en el patio escolar.

Posteriormente, suena el oh increíble e inmortal “Perfume de gardenias.”, rola que es simbólica del lazo que nos une a ardilla y a mí.

Luego llega “El Sinaloense”… qué mexicano no conoce esa rola! más aún, en qué feria no se escucha tocar a la tambora tan característica canción de la cultura popular…. La cual, es cantada por las multitudes.. o al menos así es cuando yo he estado presente.

En algún punto del repertorio, suena Caminos de Guanajuato…. Todos los guanajuatenses tenemos un himno nacional propio, por así decirlo. Y es que, realmente la vida comienza llorando, y llorando se acaba. :) y sobre todo….. a más de uno le hiere el recuerdo al pasar por Salamanca. ;)

Después de dos horas, los músicos se detienen, revisan cuánto juntaron en su botecito, y se disponen a irse.

No sé si radiquen en esta Ciudad, no sé exactamente cada cuándo vienen, no sé si realmente les reditúe económicamente el traer sonidos magníficos a este domicilio… sólo sé que irónicamente, cuando la tristeza invade un poco mi vida, el cosmos me consuela delicadamente… al ritmo de marimba, de ésa que es originaria de Chiapas, México.

lunes, 21 de junio de 2010

Cogibles o No Cogibles.

"Aléjate, de ti sí que podría Enamorarme. Peligro, de Enamorarme de Ti.".
Flans.

Nota.- Post con léxico peyorativo.


¿Exactamente a qué edad se comienza a clasificar a los hombres en “cogibles” y “no cogibles”?

Pareciera como si fuera ayer que las listas en las que encuadraba a los hombres no iban más allá de: Engreído, Culto, Con sonrisa linda, Astuto, Zopenco, Loser, Tierno, Amigable, Divertido, Guapo e Inalcanzable.

Y ninguna de esas listas incluían la posibilidad de un affair conmigo.


Pero así como Buzz Lightyear tiene un chip que cambia la modalidad de su personalidad, no sé quién, cómo, cuándo o dónde, pero alguien activó mi chip de "ganosidad".


Y de repente, no estoy paseando por la Plaza buscando promociones de zapatos a meses sin intereses, sino pasando láser a cada individuo que pasa a mi lado.

Y en mi mente empieza un desfile de ideas alocadas como:

"Yeap, es gay, ningún hombre hetero huele tan deliciosamente bien, lustra sus zapatos con tal dedicación y combina perfectamente su camisa lila con su pantalón de lino.". Por ende, No es cogible.

"Un hombre maduro con mediana noción de combinación en sus prendas de vestir y ensimismado con la vitrina de Victorinox habla de un hombre bien machín, enterado perfectamente de la función masculina de los de su especie: saber usar navajas, arreglar cosas, rescatar doncellas en peligro.". Yeap, definitivamente, totalmente cogible.

"Un puberto debilucho usando una playera totalmente emo con....". Nop, no hace falta analizar más, definitivamente, no es cogible.

"El chico galán de ojos increiblemente hermosos y perfecto peinado, que espera pacientemente a su novia que está buscando un vestido de noche talla 5.". Pero siiii claro que yeap, es más, hasta yo pago el motel!

"El clásico cuarteto de veintiteañeros que están viendo las Ducati mientras deciden qué van a comer.". Sólo es cogible el amigo tímido que mide 1.78, usa chamarra de mezclilla, jeans levis y playera Aeropostale. En mi experiencia, los hombres "tímidos" son mejores en la cama, que los que alardean ser la jariosidad encarnada. Y muy seguramente, en diez años vestirá lacoste y tendrá una cultura general de grado "No me chingues" y superará en la cama al actual "lidercillo" de la palomilla.

"El chico del departamento de Dulcería de Cinepolis que tiene una genial sonrisa y es amable a la hora de entregar el cambio.". Yeap, totalmente cogible, y seguramente en el "after" tendría una increíble plática cinéfila o anécdotas curiosas de las personas que eligen palomitas acarameladas en lugar de las de mantequilla.

"El chico de aspecto mamonsísimo que acompaña a sus padres quienes también tienen aspecto mamonsísimo.". Yeap es muy cogible, pero no para mí. Shu, shhhhhu!

Y mientras hago como que escucho a la señorita del departamento de maquillaje al que usualmente voy, a mi lado va pasando otro hombre susceptible de escánear, cuando en mi celular llega un mensaje de texto diciendo: "Yo también te quiero mucho. Abrazote Guapa.".

El remitente es un hombre culto, inteligente, alto, divertido, medio insensible, impuntual, no tan guapo físicamente pero con muchísima seguridad en sí mismo. Y es mi amigo.

Es difícil catalogar a los amigos (no conocidos, compañeros o amigos de los amigos, sino a los amigos) como "cogibles" o "no cogibles".

No por el hecho de que no se antojen, sino por el hecho de que el hombre que suelta el broche del cabello, desabrocha lentamente la blusa y lleva su mano por debajo del bikini, no es el hombre desconocido que usa camisas azules, jeans levis, tiene linda sonrisa y habla de un tema determinado con increíble soltura.... sino es tu amigo, quien considera que eres una chica "culta, platicadora y risueña".

Y bueno alguna vez un hombre me dijo que las mujeres platicadoras no entran en la categoría masculina de Cogibles.


Sólo me di cuenta que actualmente, hay tres categorías de hombres en mi vida:

Cogibles, No Cogibles y Amigos.

Aunque a veces los amigos, no sólo sean increíblemente antojables, sino sean precursores de la creación de una nueva y cuarta categoría: Los hombres Peligrosos.

sábado, 12 de junio de 2010

Peluco

“Juventud divino tesoro,
ya te vas para no volver.
Cuando quiero llorar no lloro,
Y a veces lloro sin querer.”
Rubén Darío.

Mundial de Italia (1990).
El máximo evento del soccer a nivel mundial, vio llegar a Argentina y Alemania a la final de ese despliegue de aptitudes físicas masculinas que se tiene oportunidad de ver cada cuatro años.
Y Colombia reaparecía después de años de ausencia en el Mundial.

Yo iba en tercero de primaria.
No recuerdo el juego en el que los alemanes ganaron la copa del mundo.

Sólo recuerdo a una figura colombiana que robó mi atención, y al cual yo seguía detenidamente debido a su pelo pintado de rubio y sus grandes chinos que llegaban hasta sus hombros, y quien sólo pudo hacer que su equipo llegara a octavos de final.

“Mira papá!!! Ese jugador debería llamarse Peluco!!!”

Han transcurrido veinte años y cinco mundiales desde entonces.

Hoy al ver Inglaterra vs Estados Unidos en la casa paterna, mi papufo y yo comenzamos a intercambiar opiniones de las selecciones calificadas para el mundial, así como de mundiales pasados, cuando de repente él me dijo: “Tú estabas muy pequeña y quizás no lo recuerdes, pero te gustaba mucho ver a un jugador colombiano buenísimo que tenía un peinado muy peculiar, y le decías Peluco....".

Yo sonreí y volví a ver a esa niña de ocho años, acostada en el piso del mismo lugar en donde me encontraba.

Cómo podría olvidar al Pibe Valderrama, si mi papufo sonreía intensamente al verme apodarlo “Peluco”.

Terminando el partido me despedí de mi papufo, fui a mi runrún y me dirigí a casa.

Me puse mis lentes oscuros, y sentí la manera en que las lágrimas brotaban involuntariamente de mis ojos.

miércoles, 9 de junio de 2010

Una pueblerina dentro de (y buscando) el Periférico.

El jueves de la semana pasada aproximadamente de ocho a nueve pm, estuve recorriendo el Periférico de la ciudad capital.
Prendí la estación 90.9 (qué delicia musical caray!!!) y escuché un programa de radio llamado “La lasagna con Tiziano”, una mezcla de humor negro (pero inteligente) y rolas nada comerciales pero de gran GRAN nivel.

Iba yo cantando “Rebelde he sido yo. Rebelde has sido tú.” y la Ohhhh! enorme "Fever", cuando de reojo, vi pasar un bmw con un nene guapísimo al volante, una nena guapísima de copiloto, y un nene de no tan malos bigotes atrás, el cual volteaba frecuentemente hacia mí.

Lo siento nene, pero los malos tercios generalmente son los amigos losers "hazme reír" de los juniors.
Paso sin ver.
Suerte para la siguiente. :P

Posteriormente, yo no sé si los capitalinos liguen de auto hacia auto en el Periférico, pero iba yo feliz de la vida cuando otros tres conductores solitarios se me emparejaban, no aceleraban y cuando yo nomás no volteaba (jum!! Pus qué se creen que soy yo!!! Mi mamufa me dice que no debo ser ligerita, jum!!!), pus le pisaban hasta el fondo y se alejaban de mí.

Las semillas de amapola vertidas sobre mi ensalada de toronja que comí antes de hacer el viaje seguramente influyeron en mi estado de ánimo porque de repente…. La ciudad capital estaba frente a mí, ofreciéndome la total diversión citadina de mayor nivel del país.

Pero yo sabía y sé que si me salgo del Periférico, me perderé terriblemente y terminaré llorando de terror.

Así que desprecié la seducción nocturna de la Ciudad más grande del mundo (aún y cuando iba vestida súper "in" jaaaaa!) con tal de llegar a la casa de mis familiares.

Posteriormente el domingo de regreso de Veracruz hacia la ciudad capital, estaba yo con mi copiloto de doce años buscando la manera de llegar a su casa.

Jess: Mira bandido, la neta me estás poniendo nerviosa, ¿no se supone que tú ya sabías cómo llegar a tu casa?!?!?!

Bandido (Ahijado de doce años): Tú sigue derecho, vete por el carril de en medio y busca el puente que diga “República Federal” para retornar en busca de la cabeza de Juárez….

Jess: No me chinnnnnguessss!!!!!! Qué clase de indicaciones son esas!!!!

Muchos metros después.

Jess: Bandido, no es por nada, pero me late más las indicaciones de Zu de seguir todo lo que dice Viaducto y de ahí a Tlalpan.

Bandido: Mmmm dale pues así porque la cabeza de Juárez ya quedó atrás…

Jess: Mtaaaaaa.

Bandido: Oye, ¿quién te enseñó a manejar?

Jess: Omar.

Bandido: Mmm qué raro, por qué si él maneja bien, ¿tú manejas tan mal?

Jess: Cierra el pico y busca lo que diga Tlalpan.

Bandido: Mmm mira, ahí dice Tlalpan y ahí Periférico, cuál prefieres.

Jess: Más vale malo conocido… vamos al Periférico!!

Varios metros después.

Jess: Mira, esa calle dice Dr. Vertiz, ya suena a rumbos conocidos!!

Bandido: Aceleraaaaaa esto es muy peligroso!!!!!

Jess: Le haces daño a mi positivismo!!!!

Bandido: Cuando vives en la ciudad capital, no puedes ser positivo.

Jess: Aléjate de mí mala influencia! Mira!!! Un porsche rebasándonos!!!!

Bandido: Frénate porque la camioneta que viene detrás es su guardaespaldas.

Jess: ¿tú cómo sabes?

Bandido: Mira, trae tumbaburros, y si no quieres golpear el auto mejor frénate y deja que pasen.

Después de un volantazo homicida, entroncamos con el Periférico.

Jess: ¿Qué es ese ruido extraño?!?!

Bandido: Es el msn de mi blackberry. ¿Tú por qué no tienes black?

Jess: Soy jodida…

Bandido: Y ¿por qué cancelaste tu nextel?

Jess: Porque… soy jodida….

Bandido: Y… ¿apoco te gusta vivir en ese pueblo?

Jess: ........ Llegamos!!!

Y el lunes al mediodía, volví a tomar Periférico para regresar a Salamanchester.

Hay una obra que se llama “Viaducto Bicentenario” que cobra a $1.32 el kilómetro o algo así y que me hubiera ahorrado como media hora de estancamiento vial, pero decía “Sólo autos con TAG”… qué chingados significa TAG?!?!?!

Me dio miedito pueblerino y seguí en mi estancamiento vial.

Casi a punto de llegar a la caseta de cobro, a mi izquierda me rebasó un Z4 y a mi derecha un porsche de colección.

Sólo eso se ve en el Periférico.

Al llegar a la caseta decidí escuchar mi CD.

Había sido suficiente de la Ciudad Capital para mí.

lunes, 7 de junio de 2010

No me olvides, Veracruz.

El primer recuerdo que tengo de mi vida es un pasillo largo y a media luz.
Ardilla y yo corriendo adivinando cuál era nuestra habitación del hotel.
Mis papás atrás caminando juntos, observando si habíamos aprendido la imagen del número del cuarto.
Una hamaca en la terraza del cuarto.
Y el mar.
No sólo el mar, sino el sonido de las olas del mar.
Unas horas más tardes, mi papufo diciéndome que me acercara a la orilla del mar.
Yo con mucho miedo, negaba con la cabeza.
Mi papá trabajando mi miedo y mostrándome que el mar era inofensivo en sus orillas.
Yo acercándome tímidamente a él, agarrando fuertemente su mano y sintiendo las olas del mar en mis pies.
Duré años enteros creyendo que las olas me arrastraban y me volvían a dejar en la orilla, en mi posición inicial.
Ahora entiendo que en la aventura del descubrimiento del mundo, mis conocimientos limitados y mi capacidad de fantasear hicieron que yo creyera que el efecto del mar de jalar las olas para luego volver a tocar la orilla, también acarreaba a todo lo que estuviera en la arena por donde pasaba, incluyendo a los humanos.

Esta vez me tocó conocer el Golfo de México.
La que fue llamada La Villa Rica de la Vera Cruz por el conquistador.

Me he dado cuenta que los lugares que encierran historia en sus calles o monumentos y folklore en sus habitantes, son los que más roban mi atención.

Observar otras maneras de vivir para contraponerlas a la mía y perfeccionarme creo que es el más grande reto de vivir.

Veracruz me encantó.
Su playa es mucho más bonita que la de Ixtapa.
Al igual que su ambiente.

Fui a su acuario (el cual desquitó sus 90 pesos que cobran de entrada por las medusas), a tomar un café a La Parroquia, comí un raspado de nanche en el malecón (recomendación de Zu), comí mariscos en el Villa Rica (también recomendación de Zu), visité San Juan de Ulúa, y comí una empanada de queso Rockefort en El Gaucho (restaurante argentino, recomendable al mil por ciento, no tan caro y muy delicioso su menú).

A decir de Zu y Ardilla la gente de Veracruz es algo arisca, lo cual no me pareció a mí, yo sólo encontré gente muy amable, exceptuando los meseros de La Parroquia, pero de ahí en más, es un Puerto muy agradable, bien cuidado, limpio y seguro.

Mientras iba conduciendo por el centro buscando un lugar para estacionarme, un trabajador de un hotel pasó a mi lado cantando: “El amor es pasajero….”.
Encontré lugar para estacionarme seis cuadras después de ahí.

Me faltó subirme al Tranvía nocturno, visitar la casa donde nació Agustín Lara, caminar en el malecón por la noche y pasear en lancha.
…. Es el pretexto perfecto para regresar algún día.

La mayor parte de mi tiempo, la dediqué a estar dentro del mar.
Traté de ponerme en contacto con ese ente vivo, que a su vez, provee de vida y de alimento al ser humano.
Observé la manera en que los hombres pescaban en sus orillas.
Y quise encontrar un punto de unión entre la mar y yo.
No sé bien a ciencia cierta cuánto tiempo dediqué a pensar en ese primer recuerdo mío y de la mar y la trayectoria de mi memoria hasta ese momento actual, ahora pasado ya.

Volteé hacia el hotel y en la orilla vi a un par de jóvenes sentados en la arena y comiéndose a besos.
Él con su piel ligeramente apiñonada, con su abdomen sutilmente marcado, sus piernas largas, un tatuaje en su brazo derecho, su cabello lacio y un poco largo hasta sus hombros, su nariz recta y hermosa, sus ojos grandes y negros…. Brillaban intensamente al verla a ella.
Ella bien pinche fea. Jajaja, no es cierto, bonita equis, okay okay soy una pinche envidiosa, pero él estaba bien guapo y ella no tanto.
Sólo sé que todo el tiempo que yo estuve en mi encuentro cercano del tercer mundo con el mar, ellos estuvieron intercambiando saliva.

Fui a la alberca del hotel y estuve dentro de ella hasta que mis dedos se arrugaron.
Subí a recostarme a un camastro a seguir escuchando las olas del mar.
En algún momento anocheció.

La espuma del mar besaba a la arena.
Y él la besaba a ella.

No me olvides, Veracruz.
Algún día regresaré acompañada, me sentaré en tu arena, allí donde las olas del mar te acarician, y probaré los besos de algún amor pasajero.
Y estoy segura que me reconocerás.
Tú y tu mar.
Hay amores pasajeros imposibles de olvidar.