martes, 31 de julio de 2018

De Gratitud.


El viernes 5 de Enero escribí mi carta a los Reyes Magos, y pedí ser IMPARABLE e INCONTENIBLE.

El domingo 7 de Enero, a la una de la tarde, en Celaya, Gto., mi lugar de nacimiento, conocí al hombre que me enseñó a amar en toda la extensión de la palabra.

Nunca en mi vida había sentido lo que Mario Puzo describe en “El Padrino” como “el rayo siciliano”, inclusive pensaba era algo platónico, ideal, fuera de este mundo, reservado solo para los lectores ávidos de historias de pasión.

Él deshacía el tiempo, luego lo fundía y lo difuminaba a su antojo.

Éramos como una misma pieza colocada en puntos distintos del hemisferio y destinadas a coincidir en algún punto determinado.

Entendíamos qué significada cada palabra, cada silencio, cada sonrisa, cada mirada, sin necesidad de explicarla.

Estar a su lado, me hacía multiplicar todo mi potencial porque escuchar un “Eres la mejor!”, no te hace mejor en tu vida, pero te alienta a tratar de serlo.

Jamás en mi vida, había sido tan feliz como mujer.

Este año descubrí que no hay imagen más hipnótica que verte a ti mismo en la pupila brillante de la persona que amas.

Me atreví a ser cursi y a permitirme correr de la mano de alguien que visiblemente también irradiaba felicidad y euforia a mi lado.

Todos esos secretos contados por primera vez, que jamás volverás a compartir con nadie, porque sólo le pertenecen a él.

Conocí esa sensación de unidad y entrega cuando acarician cálida y cuidadosamente tu rostro y te dicen que eres realmente hermosa.

Descubrir el lugar preferido para comer de ambos, llega a ser una experiencia única.

Aún no me atrevo a regresar nuevamente allí, porque tengo miedo de que ese pequeño restaurante local de mariscos, no sea tan bueno como lo recuerdo.

Corríamos al terminar nuestras jornadas laborales de cada semana sólo para ver los partidos de NBA y baseball, y emocionarnos juntos y reír y sentirnos… así…. Invencibles.

La vida llega a ser un maravilloso regalo cuando te premia con compañías tan explosivas como la de él.

Y no ha habido un solo día desde el 7 de Enero de este año, en que no le haya agradecido a Deus el maravilloso obsequio de su compañía, tan efímera como inmortal e inolvidable.

Y aún cuando ya no sepamos nada el uno del otro, no hay noche que no rece por él, porque sé que él hace lo mismo por mí, y no hay momento de mi vida en que no sienta latir su corazón a la distancia, el mismo latido intenso que aprendí de memoria cada vez que yo le abrazaba como si no hubiera manaña…. Porque en efecto, no hubo un mañana para nosotros.

Así que, sin más ni más, Agradezco infinitamente de este 2018, el haberme sentido Imparable e Incontenible.

viernes, 6 de julio de 2018

De política y cosas peores.

La primera vez que voté para Presidente de la República, justo acababa de cumplir 18 años.

 Aún recuerdo iba sola y estaba formada atrás de un señor que iba cargando a su pequeño hijo, y el hijo le decía: "¿Papá por quién vas a votar?", y el señor le respondía: "Por Fox hijo, tenemos que sacar al PRI del poder, tenemos que buscar un mejor país, para ti, para tu mamá y para mí, ¿Tú crees que ganemos?", y el niño le respondió lleno de euforia: "Sí, papá! Sí ganaremos!"

La verdad... es que yo voté por Cuauhtémoc Cárdenas.
Porque era joven, tímida, inocente y tenía ideas rebeldes revolucionarias, que el tiempo, tan sabio, ha ido moldeando a la realidad del país, sin que pueda decirse que han dejado de ser rebeldes y revolucionarias en un sentido más racional y dinámico, como lo fue la Revolución Industrial, y no al estilo de la Revolución Mexicana de 1910.

Y bueno, el resto fue historia.

Vicente Fox Quesada, estemos de acuerdo o no con su sexenio, pasará a la historia como el candidato que terminó con 71 años de absolutismo priísta del país, como el candidato que manejó la administración pública como la administración de una empresa capitalista, porque de que Fox fue un empresario exitoso, no hay nadie que pueda negarlo.

Ahora Andrés Manuel López Obrador, tiene el sueño de crear una cuarta transformación del país. Cada uno puede reírse, indignarse o creer en ese sueño. A fin de cuentas, "I have a dream", dijo uno de los hombres más trascendentes en la historia de los Vecinos del Norte, y esa frase fue el inicio de una verdadera transformación de los derechos civiles norteamericanos, tan clasificados y divididos inequitativamente tan sólo hace poco más de 50 años, por algo tan ridículo e intrascendente como el color de nuestra piel.

AMLO, llega al frente de un país mutilado, desfalcado, desmoralizado, con un grave problema de inseguridad y de corrupción, pero llega con una mayoría en el Congreso, en Gobernaturas y Alcaldías, vamos, en palabras comunes, tendrá un poder casi absolutista para el manejo del país.

Y es aquí, donde tiene la obligación política y moral, no de hacer el cambio que tanto prometió, porque es imposible cambiar un país en seis años, sino de poner los fuertes cimientos que pudieran darle una directriz nueva a nuestra República.

Sólo el tiempo dirá, cómo será recordado.
Si estuvo a la par del Benemérito de las Américas, de Nicolás Maduro, o simplemente de un fuego fatuo.