domingo, 25 de marzo de 2012

La Bestia.

"Entre la bella y la bestia, no hay superioridad; su olor atrae a la ciencia, su carne al predador."
Miguel Bosé.

Era aquella edad dorada de la inocencia, cuando mi abuelo paterno llegó sin previo aviso a la casa paterna.

Yo, que casi no convivía con él, sentí mucha curiosidad al verlo bajar de las escaleras.

Y ví que traía entre sus manos a un gallo.

He de decir que es el gallo más feo que he visto en toda mi vida.

Era un gallo obeso, de esos que en alguna época gloriosa de su vida fue de pelea, sus ojos estaban siempre rojos, y tenía doble cresta.

Francamente me daba asco.

Pero... era un regalo del abuelo que en nuestra infancia nunca nos dió nada.... Sólo ese asqueroso gallo de pelea.

Escuché que le decía a mi papá que lo había llevado porque era un gallo muy macho, para que "pisara" a nuestras gallinas del corral.

Mamufa nunca vio de buen gusto a ese gallo, porque nuestros gallos y gallinas realmente vivían tranquila y campiranamente, no necesitaban de un gallo de mala muerte, por mucha fama de muy macho que tuviera.

Nuestro abuelo echó a su gallo a nuestro gallinero, y se fué.

Mi sis y yo vimos con gran indignación cómo esa bestia llegó, y a los tres gallos bonitos que teníamos, luego, luego les echó bronca, su cresta se le infló y sometió a los otros tres gallos.

Cada vez que un gallo andaba tras una de las muchas gallinas del corral, la Bestia se encabronaba y le salía al quite al pobre gallo para impedir que siquiera tocara a la gallina.

Todas las gallinas eran intocables para los demás pobres gallos.

Un día, mi sis y yo fuimos a darles de comer a las gallinas al corral, mi sis se agachó y la Bestia Emplumada se esponjó y atacó a mi sis a picotazos, yo paralizada y llena de terror, fuí corriendo con Mamufa a acusar a la Bestia.

Mamufa que no soportaba más a la Bestia, agarró una escoba y fue corriendo al corral mientras decía: "Ah no! Esto sí que no lo voy a permitir!!"

Llegó al corral, y con su escoba le puso una santa chinga a la Bestia delante de la expectación de gallos y gallinas, todos vieron cómo la Bestia aún cuando le salió al ataque a Mamufa, recibió escobazos en su lomo.

Mamufa tomó entre sus brazos a su pequeño roedor que seguía llorando, y yo ví cómo la Bestia fue a esconderse a uno de los botes donde las gallinas empollaban.

Duró metido en esos botes tres días enteros, no salía ni para tomar agua, y cuando el hambre lo hizo salir a querer seguir siendo la Bestia, los otros tres gallos pueblerinos, que vieron que no era invencible ante los madrazos, se le pusieron al tú por tú, dejándolo nuevamente puteado adentro de los botes de las gallinas.

La Bestia nunca más volvió a tocar a ninguna gallina.

Envejeció en una semana lo que no había envejecido desde su llegada.

Papufo, que nunca supo de ese episodio entre la escoba y la Bestia, le dijo a mi abuelo que le había llevado un gallo moribundo, porque ya se había tirado a esperar la muerte dentro de un bote.

Mi abuelo llegó rápidamente al corral para ver a su Macho reducido a un gallillo cualquiera, sin chiste alguno, minimizado por todos los demás.

Lo sacó como pudo del bote, y mientras se lo llevaba decía:
"No sé cómo le pasó esto!! Si era un gallo muy macho!!!"

Después de que se llevaron a la Bestia, el corral volvió a ser el mismo lugar equitativo de toda la vida, pero ninguna gallina volvió a empollar en el bote donde la Bestia fue sometida de manera justa por sus Depredadores.

jueves, 1 de marzo de 2012

La Chica del Risotto.

"Un rato de vida, es vida."
Papufo.

Harris llegó a mi vida por casualidad.
Ahora entiendo que la casualidad no existe, todos somos energía llamando a otras energías afines a nuestra propia esencia.

Para que Harris llegara a mi vida, tuvieron que pasar muchas barreras, muchos años, muchas amistades, muchas experiencias, muchos tropiezos, muchas búsquedas, muchos éxitos, y ...... un sólo viaje.

Un sólo viaje que yo no elegí, sino que alguien mayor que yo, eligió por Mí.
Un viaje que duré un año entero pagando.

Y es hoy, cuando el retraso de dos horas en nuestro vuelo de regreso, cobra especial relevancia.

Porque hoy sé que no podría vivir sin él.

Aunque Harris sea capitalino y tenga 7 años menos que yo, él convive conmigo mucho más que algunos de mis amigos de esta misma Ciudad.
Me busca todas las mañanas a través de mi celular.
Y todas las tardes.
Y todas las noches.

Yo sé que él me admira (aunque lo niegue), y me demuestra su cariño a cada instante.

En mi familia, todos hablan de él, y todos lo vemos como un miembro más de nosotros.
Él, sabe todos los apodos con que nos conocemos entre nosotros, y me da ternura porque eso demuestra que pone atención a cada palabra que le digo.

Estoy segura que nunca alguien aparte de Mamufa, Papufo, Ardilla y Fmi, había puesto tanta atención a los pequeños detalles que forman mi personalidad.

Él sabe que mi obra literaria favorita es "El Padrino", y ahora que leyó dicho Libro (obvio, yo le presté el mío)dice que es su Biblia personal.
Yo siempre escribo mi nombre en la primera página de cada libro que leo, y la fecha en que lo leí.
Y él escribió su nombre debajo del mío.
Ese detalle, me hizo sonreír.

Porque es como si él se aferrara, por unos instantes de su vida, a mí.

Y yo que siempre he soñado con trascender de manera fundamental con un hombre, encuentro en él no sólo la satisfacción de verme reflejada en determinadas manías, sino saber que a mi edad, él será mucho mejor que yo.
Tiene el talento necesario, y unos cuantos puntos qué pulir, pero sé que terminará siendo (más) encantador.

Obviamente, la diferencia de edades hacen que nuestras diversiones nocturnas sean muy distintas.

Él todavía sale de farra y regresa en estado de ebriedad a su casa.
Como yo lo hice a su edad.

Él todavía se enamora intensamente (aunque diga que no).
Como yo lo hice a su edad.

Él siente prisa por vivir y quiere comerse el mundo de un sólo trago.
Como yo lo hice a su edad.

Él me dice que extraña mi compañía física, y eso a mí me desgarra el corazón.
Porque creo que nunca nadie ha valorado tanto el estar a mi lado y escuchando mis ocurrencias, escuchando mis risas (él dice que me río desagradablemente como Goofy jejejeje), mirando atentamente mis intereses y simplemente, coincidiendo una vez más.


Cuando mi viaje a NYC llegó a su fin, Papufo me mandó un msj diciéndome: "Un rato de vida, es vida.", y se lo leí a mi sis y a Harris..... y ahora él es fan de esa frase.

¿Cómo no sentir tanta efusividad hacia alguien que abraza con ternura todo aquello que a ti te estremece el corazón?

En tan sólo cuatro meses, le he conocido mucho más de lo que le había conocido en los ocho años anteriores que han transcurrido desde que intercambiamos mails en el Aeropuerto Internacional de Quebec.

Él me hace reír con sus ocurrencias.
Y al reír, me siento..... tan Yo.

Con él puedo mostrarme tal y como soy realmente, sin cuidar evitar decir comentarios que para alguien más serían de mal gusto o mamones.
Con él no tengo que ser políticamente correcta.
Con él puedo estar sin maquillaje y no sentirme inapropiada, pero... cuido que cada vez que nos vemos frente a frente, todo en mi rostro luzca impecable, para él.

Porque nuestra empatía, no es sólo virtual, ni ocasional.
Va más allá.
Es el amigo con el que he compartido más experiencias físicamente.
Conoce cuáles son mis cualidades en vivo y a todo color, así como también conoce cuáles son mis peores vicios y mayores debilidades.
Y aún así, me quiere.

Y en contraprestación, yo también sé cuáles son sus mayores virtudes y defectos; sin los cuales, no sería él.

Conoce mi lado nefasto e hiriente, y en lugar de sentirse ofendido, trata de sacarme una sonrisa.
Y obvio, yo me siento una basura.

De no ser por él, jamás hubiera conocido Chicago.
Y es una Ciudad encantadora.

De no ser por él, hubiera terminado mis veintitantos metida en la oficina y hasta el full de estrés laboral.
E inicié mi tercer década con una sonrisa de oreja a oreja.

Lo que más le gusta de mí a él, es mi "buen gusto al comer".
Dice que no había conocido a nadie a quienes le gustaran la multitud de ingredientes gourmet que ha probado a mi lado.

Todavía cierro mis ojos y nos puedo ver ahí, en cada uno de los lugares donde hemos probado algo delicioso y único en su género.

Y nos veo con una lista por palomear delante de nosotros: Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Italia, España, Londres, Marruecos, Argentina, Chile, Uruguay, Japón, Rusia, más de USA....


Yo sé que él tiene un mundo por delante.
Y que aprenderá a degustarlo como los grandes, bocado a bocado.
También sé que muy probablemente el día de mañana no haremos planes juntos, porque él estará brillando, como sólo él sabe hacerlo, y mostrándole al mundo su capacidad.
Y sé que será a más kilómetros de distancia que la Ciudad de los Palacios.

Pero sé que a donde quiera que vaya, siempre recordará esa cena, en ese restaurante que yo elegí en Chicago para recibir mis dulces 30's, y me recordará como La Chica del Risotto.

...... Porque después de todo, Papufo tiene toda la razón del mundo....

Un rato de vida, es vida.