Verano del '94

"Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso."
Lord Byron (1788-1824) Poeta británico.

Fue en el verano de 1994.
Yo tenía 12 escasas primaveras y cursaba el segundo grado de secundaria.
Los cambios físicos y hormonales estaban a flor de piel, y a la hora de la salida escolar, todos los transportes privados ponían a todo volumen un kst que sonaba más o menos así: “…. no, no puedo reponerme, de ese beso que me subió al cielo, que es el mismo que ahora me hunde en el infierno, ……. no, no puedo reponerme, de tu forma tan cruel de abrazarme, si sabías que no ibas a amarme qué ganabas? qué ganabas? con besarme.”.
Las adolescentes más famosas, esas que ya habían tenido más de un novio en el haber, se rodeaban de todas las demás niñas a la hora del recreo, y platicaban la manera en que había sido su primer beso en los labios.
….. en la kermés del vecindario, al momento en el que él había ganado un muñeco de peluche en algún juego de destreza o aptitud física, y entregaba a su vez, el valioso trofeo a la afortunada novia, y ambos unían sus labios mientras se encontraban en lo alto de la rueda de la fortuna; y las no tan afortunadas besaron por vez primera a un chico cualquiera gracias al juego de la botella o de la semana inglesa…

… Pero fui una niña solitaria e introvertida que no asistía a las fiestas escolares, ni salía a jugar con los/as vecinos(as).

¿Realmente un beso te subía al cielo? O lo peor aún, ¿podía ser tan contrastante y hundirte a su vez en el infierno?

Pero si el primer beso en teoría es el momento más anhelado para alguien que comienza a descubrir su sexualidad, éste debía ser con un chico especial, en algún lugar que se inmortalizaría a perpetuidad, con el pulso acelerado del corazón que casi pudiéramos escucharlo latir como queriendo salir de nuestro pecho…. Y con el pánico a no saber qué hacer con la lengua, en virtud de todos los mitos en relación a la misma.

-- No dejes que te lengueteen jessie, sólo las zorras hacen eso, si permites que te metan toda la lengua a la garganta, ten por seguro que no te van a tomar en serio.

Y una a una, comenzaron a formar parte de las chicas que habían dado su primer beso.

Y yo me fui retrasando, y retrasando, y retrasando.
Hasta que llegó el día en que Kevin Arnold, Zack Morris, Gasparín, AstroBoy y hasta Screech Powers se me habían adelantado, y yo seguía sin dar ese paso.

En un inicio podía parecer tierno que una quinceañera no hubiera besado a algún hombre, pero cuando entras a la Universidad y la gran mayoría hasta se desvirginó, crees que contar a los cuatro vientos que eres “virgen y jamás besada” es el hecho ganador del top 5 de anécdotas losers.

Así que lo que hacía unos cof cof cuantos ayeres era un sueño rosa, se convirtió en el mayor suplicio del mundo.

- “Verdad o reto jess?”
- Amh verdad. (vean, veaaaaan!!! Esas eran ganas de permanecer célibe para siempre)
- “Cuál es tu posición favorita”
- Amh boca arriba.
- “Pero o sea, cómo, ya hombre, sé más explícita!”
- Amh pues sí así, la que a todas nos gusta.
- o_O …. “¿a gatillo veloz?!!”
- Amh una que otra vez lo he intentado….
- “Ah no manches jess eres bien perversa, tan seriecita que te ves no juegues… ni mi novia le entra a eso… oye y qué onda, danos tips.”
- Amh… esa es otra pregunta y yo ya respondí mi verdad. Sigo de girar la botella.

Pasaron algunos… varios meses más, antes de que experimentara en carne propia lo que era un beso en los labios, y no, no fue por ningún “reto”, ni por mi primer novio, ni por mi gran y único amor verdadero, ni por un príncipe convertido en sapo, ni por un caballero andariego en busca de doncellas en peligro….


Él nunca supo que fue mi primer beso.
Y siento mucho contradecirlo Gordon, pero la poesía más romántica, de vez en vez no es la más verdadera…

... Porque habría de besar más labios, antes de encontrar aquellos que serían mi evocación más dulce.