La otra cara de la moneda.

Plática de msn.

D.- Amigo que trabaja de oficial en el Ministerio Público del fuero común.

D.- No jales, ando en súper chinga porque hoy tengo detenido, los encontramos con las manos en la masa robando vehículos en Soriana, ya sé todo, son de Celaya, ratas, ratas malditas.

Jess.- No jales y ¿hasta qué hora te quedarás ahí trabajando?

D.- Pues toda la noche.

Jess.- Oye D, sácame de una duda, yo no sé nada de penal… pero…. Tienen derecho a fianza ¿qué no?

D.- …… sí.

Jess.- O sea que todo tu pinche trabajo de hoy y lo que te falta, tu desvelo y todo tu esfuerzo van a valer madre de rato que su jefe se ponga la de Puebla y lo saque para volver a delinquir?

D.- ya cállate.

Jess.- Yo nomás decía….

-----------------------------------------------------------------------------


Algún día siendo las once horas de la mañana, llegó a la oficina un antiguo cliente con otras personas, de esos clientes que son campesinos y su ropa y aroma denotan las santas putizas que se dan sol con sol.
Hablaron con el jefe, y por más que paré oreja no alcancé a escuchar lo que decían jijiji….
Me fui a comer y regresé y ahí seguían los señores.

Entró el jefe a mi cubículo y en lo que se imprimían las escrituras me dijo.
“Hijos de toda su $%&%$”$%.... fíjate, don Panchito (nuestro cliente) va a vender sus parcelas en las que ha trabajado toda su vida, porque le acaban de secuestrar a sus dos hijos y le están pidiendo dos millones de pesos…. Etc. etc. etc. y no quiere denunciar porque dice que todos los MP están coludidos con la delincuencia.”.

En lo personal, creo que el delito más detestable es el secuestro.
Y de verdad, que creo que los secuestradores son unos verdaderos seres despreciables que merecen ser torturados física y mentalmente, hasta que desfallezcan.

Yo no sé nada de teoría del delito, ni de psicología, pero desconozco la razón por la que las personas delinquen a ese nivel.

He leído que algunos autores hablan de “penas o sanciones ejemplares”, pero no hablan de la raíz del problema.

Ya una vez posteé acerca de la pena capital, y hubo muchas opiniones encontradas, todas las mismas válidas por cualquier lado que se le viera.

El Gobierno Federal está atacando al narcotráfico, y la respuesta de los traficantes de drogas ha sido: “Okay, me limitas el mercado de la droga, me voy por el secuestro.”, y en lo personal, prefiero mil veces que se dediquen a la venta de substancias prohibidas que al negocio de la privación ilegítima de la libertad.

Claro que lo ideal sería que no hubiera ningún delito de por medio, pero el mundo real en estos momentos no permite fumar mary jane para dialogar con Tomás Moro.

Pero no dejo de sentirme indignada como mi amigo D y como mi jefe.

Pero al igual que D me dijo “ya cállate” y siguió con su trabajo, así seguimos todos, porque somos parte del mismo Estado.

Y en lo que a mí me toca, tengo más o menos una idea de lo que voy a hacer para aportar mi granito de arena.
Y sólo el tiempo dirá, si tuve éxito o no.

No me quedo con el águila (diuuuuu americanistas diuuuuu) ni con el sol (ja! Qué dijeron, va a tirarle a un partido político, nah qué, diuuuuu odio el sol en tiempos de sequía diuuuuu), sino con la otra cara de la moneda, esa la que está en el aire, y a la que todos apostamos ciegamente, para poder acariciar la idea estampada en el mundo del “deber ser”.