martes, 23 de agosto de 2011

Cafe Des Artistes

La mesa de madera estaba pulcramente colocada debajo de aquél edificio histórico.

Tres de sus cuatro asientos estaban ocupados por dos hombres y una mujer. Todos ellos vestidos de manera formal.

Sin hojear siquiera la carta, ella pidió al mesero un café americano.

Ella veía directamente al par de hombres que a su vez, se encontraban dubitativos ante su presencia.

- Pensamos que vendría el Ingeniero….. Es decir, el Ingeniero y usted.

- Nuestro cliente decidió que viniera yo.- Dijo ella sin quitar la mirada del par de individuos.

- Bueno, es que… usted sabe, toda nuestra comunicación ha sido con el Ingeniero y…..

- Cada palabra que ustedes le hayan dicho al Ingeniero, tengan por seguro que fue reproducida fielmente conmigo.

El par de hombres se vieron uno al otro, y continuaron.

- Ha habido algunos contratiempos….. El contrato que firmamos no podrá finiquitarse de la manera estipulada debido a causas ajenas a nosotros, sin embargo, le comenté al Ingeniero la posibilidad de lograr el mismo, el mismito resultado pero con diferente ruta.

- El Ingeniero me comentó esa posibilidad y ustedes deben saber bien nuestra postura, por ese camino no tenemos ninguna intención de transitar, ustedes saben que la propia lógica está en contra de lo que ustedes me están proponiendo.- Dijo aquella mujer de pelo alaciado mientras agregaba azúcar al café.

- Nosotros tenemos un compromiso con ustedes, y no hemos tenido un solo cliente que no haya quedado satisfecho con nuestros servicios profesionales prestados, y le podemos asegurar que para efectos prácticos, el resultado será el mismo.

Ella terminó de mezclar la azúcar dentro del café, volteó a mirarlos de manera irónica y les dijo:

- La misma seguridad que me ofrecen en este momento, la ofrecieron hace un mes, así que a nombre de los intereses que represento, permítanme mostrarme un tanto incrédula.

- Tenga la seguridad, de que somos gente de palabra.- repetían ellos una y otra vez.

Ella, terminó su café mientras oía al par de hombres repitiendo continuamente las mismas palabras.

- No queremos más intermediarios.- Dijo ella mientras alejaba la taza de sí.- Me pagaron, y me pagaron bien, por venir a hablar personalmente con la Administradora de la Empresa.

El par de hombres se miraron y pidieron la cuenta.

Ella se levantó, sacó las gafas oscuras de su estuche y salió del lugar.


Yo estaba en la mesa contigua tomando una limonada, mientras esperaba la hora de ir a la reunión laboral en tierras vecinas.

Por unos instantes, envidié la seguridad con la que se conducía esa mujer.

Volteé a ver mi limonada y releí los documentos que había estudiado a la perfección desde hacía un año.

Podía sentir la manera en que mi piel temblaba de los nervios.
Cerré los documentos impresos, y fui a desahogar mi prueba.

No sé si me fue bien o mal.
Sólo me resta esperar la Sentencia.

A la salida de mi audiencia, fui a la Catedral a rezar un rato, y de ahí me dirigí hacia un jardín bonsái, sé que el rezar no cambiará el futuro, pero le dio tranquilidad espiritual a mi presente.


4 comentarios:

josef dijo...

Los profesionales, repitiendo siempre los mismos formulismos. se vcreen que con eso vamos a quedar satisfechos.
Buen relato.
besos, cuídate.

jess dijo...

Querido Josef!!! Qué gusto saber de ti!!!!!! y sí...... puro bluff para muchos, algunas veces les pega, otras veces como que no.
Más besos para vocé!!
Un fuerte abrazo!!!!
:)

pez dijo...

yo también quiero una vieja así, segura de sí misma

pero ¿que tal y me resulta ser como las nacagatas de Polanco, digo como las ladies de polanco? jajaja

http://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/106697.html

jess dijo...

Es una pena ver que ya no se tiene ni tantito respeto a las autoridades, ni gente de humilde condición como esas viejas pendejas que se creen paridas por los dioses.

Yo sí las hubiera arrestado.
Neta, qué les pasa.

Jejejeje toda enojada yo.
xD

Besos virtuales!!!
Muuuuuaaaaccccckkkkkkk!!!