Absolutamente

No he conocido a alguien que no lo tenga.

Todos hemos sucumbido mediante un acto voluntario o no, al amor adolescente hacia algún profesor.

Recuerdo cuando yo lo conocí.
Yo tenía 15 años.
E iba en tercer semestre de preparatoria.

- ¿Y en qué salón te tocó jess?
- Mmm ps en el B (De Burraaaaa jaja)
- Ah chido, no ps mínimo no te tocó en el grupo de la muerte, sólo ten cuidado con Berna en Física (mi primer extra de toda la vida pffffff), con la Lic. Ramos en Historia de México (Nunca he conocido exámenes de verdadero o falso tan perros neta, brrrr, peeeero tampoco he conocido a alguien que narre la historia de una manera tan genial… como si te contara un chisme de la cuadra, no, no, por algo hoy es Directora de la Preparatoria Oficial de mi súper ciudad) y….. del que sí neta, neta, ten pánico es del Lic. Castro en Filosofía.


Pues dicen que sobre advertencia, no hay engaño.

Sus clases duraban media hora, y él llegaba conscientemente a la media porque a lo que iba, iba. Venga!! Cuál debe de ser caray! Así me gustan!

Alguna vez ardilla me preguntó quiénes habían sido mis tres mejores maestros, a estas alturas de mi vida, si me volviera a hacer la misma pregunta, sin duda alguna no podría responderla, porque van 06 en el haber que no puedo soslayar so pena de negar parte fundamental de mi educación.
Él es uno de ellos.
Absolutamente.

Fue la primera vez que me sentí atraída por un hombre inteligente.
Antes de comenzar su cátedra, llamaba a tres personas al frente para hacerle tres preguntas de lo que nos había encargado estudiar, si no sabían, salían del salón. Tres veces que sucediera eso y era extra directo.
La única manera de captar su atención, era sobresaliendo en su clase.
Así que tomé apuntes, compré el libro “El mundo de Sofía” (de Jostein Garder) y empecé a leer y leer y leer.

Quise ser ese hombre de la alegoría de la caverna de Platón que sale a la luz y se da cuenta que hay un mundo diferente y por conocer con infinidad de aventuras por doquier, con nuevos bríos, nada de oscuridad….

Aprender de los clásicos únicamente para volverme una de sus favoritas…. No, la verdad es que miento, siempre aspiré a volverme Su favorita.

Sabía de memoria cada clase que él dejaba estudiar, en secreto ansiaba que dijera mi nombre para pasar al frente y responder todas y cada una de sus preguntas, y no cualquier pregunta, que me pusiera a prueba, y que él me viera delante de él, enfrentándolo, sabiendo todo ...

El día de hoy he aprendido que pocas cosas te seducen tanto como el conocimiento; cuando pasa el gusto de la materia, sólo aquello intangible, objetivo y absoluto te hace sentir una catarsis emocional protuberante y exquisita.

Y, como toda materia difícil, tuve un 8 y un 8.5 en mis calificaciones finales de 3er y 4to semestre de preparatoria…. Hubo quienes tuvieron 9 y 9.5, pero tengo la certeza que al día de hoy, mi antiguo profesor no recuerda los nombres de ellos como el mío.

Su voz me hipnotizaba.
Su imagen se volvió una obsesión para mi incipiente sexualidad.

Una vez que elegí el bachillerato de Humanidades, él seguía impartiendo Filosofía como clase optativa en ese nivel, la cuál no elegí como curricular, pero sí como oyente.

Sé que inicialmente lo decepcioné al “preferir” otras cátedras.
Pero no hubo tarde que dejara de leer mis apuntes, y no sólo, sino también trataba de relacionarlos entre sí como un todo armónico, soñaba con “actuar de tal manera que la máxima de mi voluntad se convirtiera en ley universal.”.

Y entonces, llegó ese parcial que el 80% del salón reprobaba.
Y a la hora de entregar a cada uno su hoja de cuaderno con sus respuestas, todos regresaban mentando madres.
Llegó mi turno, pronunció mi nombre, me miró fijamente, y mientras recorría las bancas que me separaban de él, estiró mi hoja y me dijo: “Si quieres revisión, terminando la clase jess”….
Mis entrañas estaban a punto de salir de mi cuerpo pensando en que había caído en las trampas y fallado en las respuestas…

Pero obtuve un diez limpio.
Formé parte del selecto grupo que había logrado tal proeza en generaciones…..
Él sonrió y vio el éxtasis en el brillo de mis ojos.

Esa felicidad no podía contenerse un segundo más en mí, así que sonreí como vil estúpida y me fui a ver ese par de dígitos a mi pupitre….

Pocos momentos de mi vida, han sido altamente placenteros para mí como ése.
De pocas cosas me ufano tanto al día de hoy, como de ésa.

Ayer mientras esperaba que pasaran por mí al trabajo lo ví pasar y me saludó.

Él.- Jess!! ¿Qué tal? Tengo un asunto que voy a mandar a la Notaría donde trabajas… la semana que entra voy con mis clientes para platicar contigo.
Yo.- Claro que sí licenciado. Cuando usted guste! El martes no laboramos, pero todos los demás días sí.
Él.- No te puedo saludar ahora por eso de la prevención, pero me da mucho gusto verte.
Yo.- A mí me da muchísimo gusto también!
Él.- (sonriendo) Por cierto, ¿ya estás casada?
Yo.- Dios me libre!!
(risas)
Él.- Nunca digas de esta agua no he de beber….
Yo.- No, claro que no, pero ahorita prefiero esperarme un poco más….
Él.- Eso sí, disfruta tu juventud… Me dio gusto verte, hasta luego!
Yo.- Hasta luego…..

Su voz me sigue hipnotizando.
Mi ego me dice, muy en el fondo, palpitante como ese momento de recibir mi diez…. Que me volví Su Favorita.

Absolutamente.