Un tranvía llamado deseo

“Me molesta la camiseta. ¿No te importa que me ponga cómodo?”
Stanley Kowalsky/Marlon Brando.


Cada vez que le toca servicio a mi runrún, lo llevo a la ciudad vecina de Irapuato (¡Saludos Vecina!), lo entrego a la agencia por la mañana, regreso a mi ciudad, y a las cuatro de la tarde tomo el camión clase económica que me lleve nuevamente hasta la ciudad mencionada, de ahí tomo un taxi en la central de autobuses para la agencia, para luego regresarme en carro hasta mi ciudad de residencia (14 km de distancia entre una y otra).

A las cinco pm (se me hizo tarde en el jale) hice arribo a la central de mi hermosísima ciudad, compré mi boleto (17 pesototes) y salí a esperar mi tranvía.

Llevaba un libro para leer durante el trayecto, generalmente me hago acompañar de alguno cuando sé que voy a tener alguna oportunidad de aprovechar mi tiempo.
Actualmente estoy leyendo “Tigre Blanco” de Aravind Adiga (Premio Man Broker 2008, por cierto, ampliamente recomendado ahora que todo lo hindú anda tan a la moda… y por cierto, sabían que una rupia vale 13 centavos de peso mexicano?!?!?!, así que en la India, los 20 millones de rupias que te vuelven millonario, son aproximadamente dos millones y medio de pesos mexicanos, o algo así como 190 mil USD aproximadamente….. digo, no creo tener nunca en mi cuenta dos millones y medio…. Pero….. bueno cuando ví la película “Smuldog Millionarie” yo creía que el premio mayor eran como no sé, cien millones de pesos o algo así jiji…… ahhh y por cierto, ja…. ¿Quién demonios no sabe que el tercer mosquetero era Aramis?!!!! Nadie de los que estaban viendo la película esa tarde hizo exclamación alguna con la respuesta del concursante…… se tuvieron que esperar a que el conductor lo dijera… pffff hay que leer más…… pffffff qué horror…. Pobre México, tan cerca de los United y tan lejos de los libros… es más, yo ni he leído ese libro, pero de niña veía “Dartacán y los tres Mosqueperros”…. Ni así, ni así caray!!!!).

Bueno, después de un amplio paréntesis regreso a mi asiento de flecha amarilla, y mientras voy a la hoja en la que dejé mi lectura, veo a las personas que van subiendo…

Un adolescente de preparatoria privada que utiliza todavía uniforme, se sube y durante todo el trayecto escucha su ipod.
Gente obrera que se nota ha terminado su jornada laboral impregna el ambiente con su cansancio, playeras blancas engrasadas, y una mochila vieja y sucia que abrazan hacia sí para lograr un punto de apoyo…. Cabecean…. Denotan su cansancio físico claramente.

La señora que estaba formada detrás de mí con sus dos hijos logra hacer que los infantes no paguen pasaje “debido a su edad”….. “Hazte chiquita para que crean que tienes 2 años Claudia”…. Recuerdo con una sonrisa cuando mamá nos decía lo mismo, quien a su vez, también lo aprendió de mi abuelita qepd…… Obviamente el conductor de buen corazón, se hace de la vista gorda y los deja subir pagando sólo un adulto.

Sí, todavía queda gente buena.
Todavía este mundo vale la pena.
Y mi corazón se congratula enormemente.

Sube el vendedor de burritos y chescos gritando “burritos!! 3 burritos de frijoles por diez varos!!, sí, cuántos le damos jefe?”….. comienzo a ver las palabras impresas en mi libro, pero el hijo de la señora comienza a llorar, escucho que le da una paleta de dulce sabor limón para calmarlo un poco mientras la degusta…. El tranvía enciende su motor, mete reversa, sale de la estación y yo me acurruco en la ventana, voy viendo el paisaje, las afueras de mi ciudad, los cinturones de pobreza, las casas de cartón, los niños afuera de las mismas usando únicamente un calzón que en alguna época fue blanco, las caras cubiertas de polvo, la ropa tendida en tendederos improvisados….
No puedo evitar sentirme mal.
Comienzo ahora a ver las tierras de cultivo localizadas en la carretera.
Trigo, sorgo, maíz…. No sé qué sea lo que se siembre ahí….
En alguna época de este país, el bajío fue “el granero de México”, nuestra tierra es buena y fértil….. Podríamos ser la envidia de Japón. Únicamente, podríamos.

Van avanzando metros y más metros de sembradíos.
Viene a mi mente todo lo aprendido respecto a la Reforma Agraria….. comienzan a desfilar en mi mente palabras como ejidatarios, parcelas, Asamblea Ejidal, certificados parcelarios, dominio pleno, título de propiedad……

…… Sorgo, sorgo, sorgo, más sorgo que voy dejando atrás….. y mi mente, tan volátil, recorre por sí misma y más velozmente otros kilómetros, hasta llegar a otra ciudad a la que no me dirigía…. Y de repente ya no hay sorgo a mi alrededor y no escucho más los sollozos del niño que ha comenzado nuevamente a berrear, regreso el tiempo y llego exactamente en el momento en el que ese chico me mira de la manera en que los amantes se miran, es imposible no acceder a tan excitante invitación… avanza hacia mí y me guía hacia su habitación, yo no dejo de verlo mientras doy pasos hacia atrás…. Su mirada es tan fuerte y seductora, que termina por hipnotizarme y comienzo a sentir la manera en la que mi piel responde al estímulo del deseo. Algo detrás mío me hace detener, y me indica que mi retroceso ha llegado a su fin, él se acerca sin decir palabra alguna, y mi respiración comienza a acelerarse, tengo que respirar por la boca para contener lo que hay dentro de mí, desabrocho su camisa lentamente, él quita mi blusa y lo que hay debajo de ella… a estas alturas de mi vida aún siento pena cuando hacen eso y desvío la mirada, él toma mi rostro y me atrae hacia sí, me besa una y otra vez, y mi piel desnuda siente su cuerpo igualmente desnudo… abrazo su espalda, y él comienza a besar mi cuello y guía mis manos……. Mi cuerpo ya no responde a mis órdenes, mi voluntad ha sido vencida, y ahora únicamente me enfrasco en el cuerpo de él y en las sensaciones mías….. Él me coloca en su cama, me observa y desabrocha mis jeans… yo desabrocho los suyos… y revivo cada movimiento, cada caricia y cada jadeo…..

Mientras pienso en todo ello, voy cruzada de piernas en ese tranvía, y la fricción me invita hábilmente a la autosatisfacción, el calor aumenta horrores de repente…. Maldita primavera…
Busco un kleenex en mi bolsa, limpio el sudor de mis mejillas, necesito respirar nuevamente por la boca…..

El niño de atrás sigue llorando enfáticamente.
Y el tranvía comienza a desacelerar.